La resolución de una imagen no es un concepto único, sino que depende del medio en que la imagen vaya a ser tratada o visualizada. El concepto más conocido es la resolución del archivo digital, la densidad de píxeles en la imagen definida por el número de píxeles distintos que tiene la imagen por unidad de longitud. Su unidad de medida son los PPI/PPP (pixels per inch/píxeles por pulgada). Cuanto mayor sea esta resolución, más contenedores de información (píxeles) tiene el fichero digital, más calidad tendrá la imagen y más peso en MB tendrá el fichero. A mayor resolución, más píxeles hay en una imagen, más grande es su mapa de bits y mayor información contiene, por lo que se distinguen los detalles con mayor nitidez. Está claro que las imágenes de mapas de bits dependen de la resolución a la que han sido creadas, por lo que al modificar su tamaño pierden calidad visual. Si lo disminuimos, los trazos perderán definición, mientras que si lo aumentamos se pixelizará, al tener que crear píxeles que inicialmente no existían, produciéndose el efecto de dientes de sierra. En resumen, para mantener la calidad de reproducción al variar el tamaño de una imagen, tendremos que variar también su resolución. Si queremos que mantenga el nivel de calidad, tendrá que mantener la cantidad de información que posee la imagen (número de bits que ocupa) cuando modifiquemos sus dimensiones. En definitiva, La resolución de una imagen indica la cantidad de detalle puede observarse en esta. El término es comúnmente utilizado en relación a imágenes de fotografía digital, pero también se utiliza para describir cuán nítida (como antónimo de granular) es una imagen de fotografía convencional (o fotografía química). Tener mayor resolución se traduce en obtener una imagen con más detalle o calidad visual. La resolución no se determina por la cantidad de píxeles solamente. En una fotografía, la resolución también depende de las interacciones entre muchos otros factores, incluyendo las características del objetivo, la respuesta del filtro de paso bajo, la reducción del ruido y el procesamiento de los parámetros de contraste y nitidez. Por sí mismo, elevando el número de píxeles no se traduce necesariamente en una mejora apreciable en la calidad de la imagen. A modo de ejemplo, digamos que está fotografiando un paisaje con la hierba en el primer plano y las montañas en el fondo. Las láminas delgadas y muy juntas de la hierba se resuelven correctamente por el sensor en algunas áreas, pero supera el límite de la resolución en otras. Por otra parte, las aristas y superficies de las montañas en la distancia tienen una baja frecuencia espacial suficiente como para ser resueltas correctamente en todas las partes. En otras palabras, el primer plano parece parcialmente borroso contra un fondo distante nítido. Un observador humano llevaría un registro de lo contrario: las hojas bien definidas de la hierba cercana, y las montañas en la brumosa lejanía. Este límite de resolución, que puede estar en contradicción con el sistema visual humano, es un hecho inevitable de la física. Pero según SIGMASD1S considera que la innovación puede hacer que el problema sea tan imperceptible que realmente puede perseguir y alcanzar la representación de imagen más natural. Si es así, podemos aspirar a ser capaces de tomar imágenes que se ven mínimamente afectadas por la ampliación, y que mantengan un ambiente de tres dimensiones, incluso cuando se ve en pequeños tamaños.
domingo, 26 de marzo de 2017
QUALITY PICTURES GROUP - SELECCIÓN
La resolución de una imagen no es un concepto único, sino que depende del medio en que la imagen vaya a ser tratada o visualizada. El concepto más conocido es la resolución del archivo digital, la densidad de píxeles en la imagen definida por el número de píxeles distintos que tiene la imagen por unidad de longitud. Su unidad de medida son los PPI/PPP (pixels per inch/píxeles por pulgada). Cuanto mayor sea esta resolución, más contenedores de información (píxeles) tiene el fichero digital, más calidad tendrá la imagen y más peso en MB tendrá el fichero. A mayor resolución, más píxeles hay en una imagen, más grande es su mapa de bits y mayor información contiene, por lo que se distinguen los detalles con mayor nitidez. Está claro que las imágenes de mapas de bits dependen de la resolución a la que han sido creadas, por lo que al modificar su tamaño pierden calidad visual. Si lo disminuimos, los trazos perderán definición, mientras que si lo aumentamos se pixelizará, al tener que crear píxeles que inicialmente no existían, produciéndose el efecto de dientes de sierra. En resumen, para mantener la calidad de reproducción al variar el tamaño de una imagen, tendremos que variar también su resolución. Si queremos que mantenga el nivel de calidad, tendrá que mantener la cantidad de información que posee la imagen (número de bits que ocupa) cuando modifiquemos sus dimensiones. En definitiva, La resolución de una imagen indica la cantidad de detalle puede observarse en esta. El término es comúnmente utilizado en relación a imágenes de fotografía digital, pero también se utiliza para describir cuán nítida (como antónimo de granular) es una imagen de fotografía convencional (o fotografía química). Tener mayor resolución se traduce en obtener una imagen con más detalle o calidad visual. La resolución no se determina por la cantidad de píxeles solamente. En una fotografía, la resolución también depende de las interacciones entre muchos otros factores, incluyendo las características del objetivo, la respuesta del filtro de paso bajo, la reducción del ruido y el procesamiento de los parámetros de contraste y nitidez. Por sí mismo, elevando el número de píxeles no se traduce necesariamente en una mejora apreciable en la calidad de la imagen. A modo de ejemplo, digamos que está fotografiando un paisaje con la hierba en el primer plano y las montañas en el fondo. Las láminas delgadas y muy juntas de la hierba se resuelven correctamente por el sensor en algunas áreas, pero supera el límite de la resolución en otras. Por otra parte, las aristas y superficies de las montañas en la distancia tienen una baja frecuencia espacial suficiente como para ser resueltas correctamente en todas las partes. En otras palabras, el primer plano parece parcialmente borroso contra un fondo distante nítido. Un observador humano llevaría un registro de lo contrario: las hojas bien definidas de la hierba cercana, y las montañas en la brumosa lejanía. Este límite de resolución, que puede estar en contradicción con el sistema visual humano, es un hecho inevitable de la física. Pero según SIGMASD1S considera que la innovación puede hacer que el problema sea tan imperceptible que realmente puede perseguir y alcanzar la representación de imagen más natural. Si es así, podemos aspirar a ser capaces de tomar imágenes que se ven mínimamente afectadas por la ampliación, y que mantengan un ambiente de tres dimensiones, incluso cuando se ve en pequeños tamaños.
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