El erotismo tiene un vínculo con la sensualidad que es la aptitud que permite provocar la atracción o la posición emocional hacia otras personas, bien sea por pasión sexual, entusiasmo, tranquilidad, onanismo, entre otros y la sexualidad es la condición anatómica que estudia la organización de los seres vivos que puede ser de una manera de topografía, de posición, e, incluso de disposición.
La elegancia es el atributo de ser excepcionalmente bello y sencillo. Se utiliza con frecuencia como un estándar de buen gusto, sobre todo en las áreas de la moda, la decoración, y en nuestro caso de la fotografía del género nude art. Parafraseando la famosa confesión de San Agustín sobre el tiempo, si no me preguntan qué es la elegancia, sé lo que es. Pero si me lo preguntan no sé qué responder. El Diccionario de la Real Academia Española nos informa que “elegante” significa “dotado de gracia, nobleza y sencillez; airoso, bien proporcionado, de buen gusto”. El concepto de elegancia: es tan complejo como el de buen maestro. En efecto, decimos de algo que es elegante cuando nos causa una emoción estética parecida a la que nos despierta la contemplación de algo bello y, al mismo tiempo, encontramos que se ajusta a nuestros cánones estéticos. Esta segunda condición contribuye a explicar por qué la elegancia es más efímera que la belleza. En definitiva, la elegancia no esta dada en elementos bellos, si no en aquellas cosas que llaman nuestra atencion, que tienen la capacidad de destacar por absorber todo el resto, presenten formas sinuosas, como las fotografías aquí presentadas, con detalles que quizás a simple vista no se adviertan del todo, pero que inconscientemente estan ahi y son capaces de dejarnos una impressión perdurable en el tiempo, en fin… si al erotismo unimos la elegancia, ambos conceptos son orgullosos y no le gustan pasar desapercibidos.